lunes, 31 de enero de 2011

Antinacionalismo que no lo es tanto

Ayer, en Veo7, Casimiro García-Abadillo entrevistó a Fernando Grande-Marlaska. Fue interesante.

Poco aficionado a los medios, Grande-Marlaska aludió a una entrevista de Rosa Montero en 2006. Destaco un fragmento:
"RM: Se vinieron a vivir a Madrid en 2003. Dejaba usted la Audiencia [Provincial de Vizcaya] y venía a un destino muy inferior, en los juzgados de la plaza de Castilla. ¿Qué les hizo abandonar el País Vasco?

FGM: Nosotros somos vascos, pero en aquella sociedad todo gravita en exceso sobre el tema del nacionalismo. Las relaciones profesionales, las personales, el aire que respirábamos en la calle, todo estaba atrapado dentro del binomio nacionalismo sí, nacionalismo no, ETA sí, ETA no. Y al cumplir 40 años decidimos que queríamos vivir en una sociedad donde existieran otras perspectivas, en la que tu día a día no estuviera absolutamente acaparado por eso. Porque el fenómeno terrorista sigue siendo importante para nosotros, naturalmente, pero aquí podemos ocuparnos también de otras cosas, no tenemos toda nuestra vida secuestrada por eso. Y a lo mejor habrá gente que dirá: pero si es ahora, en la Audiencia Nacional, en donde está todo el día tratando esos temas… Pues sí, pero eso es sólo mi trabajo, pero no es mi vida. Y allí, en el País Vasco, era todo, era siempre. Por eso dimos ese paso, que además nos fue muy costoso, tuvimos que vender una casa, y yo me vine a la plaza de Castilla a un destino mucho más esclavo, y Gorka, que es filólogo, se vino sin trabajo y se tuvo que poner a opositar. Al final aprobó y ahora da clases en un centro de adultos, pero cuando vinimos todo eso era una incógnita. Pero es que lo de marcharnos era algo que se había convertido en una verdadera necesidad.

RM: Gorka es ‘euskaldun’ y usted habla euskera.

FGM: Yo entiendo la lengua y no hablo con fluidez porque todavía tengo que pensar en castellano, pero Gorka es euskaldun pleno.

RM: Lo digo porque parece como si los nacionalistas hubieran secuestrado la cultura y la lengua vasca, como si sólo fuera de ellos.

FGM: Gorka siempre dice que le da rabia que el hecho de hablar euskera le identifique dentro de determinados términos políticos. Y sí, habría que rescatar eso para todos. La cultura vasca y el euskera son de todos los vascos. No pueden convertirse en un elemento de exclusión y de tribu, que es lo que se ha hecho."
Esa actitud me parece prudente.

Últimamente he tenido ocasión de comprobar como nunca antes hasta qué punto la enfermedad nacionalista ha contaminado incluso a quienes se sitúan enfrente. Muchos son incapaces de desvincular el uso de una lengua -el vasco, el catalán, el gallego- de las opciones políticas de quienes, los nacionalistas, las han convertido en seña de identidad. De forma que, negándose a usarlas precisamente por lo que significan para los nacionalistas, terminan reforzando esa apropiación indebida, contribuyendo muy eficazmente a su triunfo: la lengua deja de ser vehículo de comunicación y se convierte, con la enfermiza colaboración de algunos, en instrumento de confrontación; de exclusión y tribu, como señala Marlaska.

Son relevantes a este respecto las palabras de Sábato en 'El uno y el universo', en el capítulo dedicado al fascismo:
"No se puede luchar durante años con un enemigo poderoso sin terminar por parecerse algo a él. Este hecho psicológico explica los extraños fenómenos a que estamos asistiendo: a ciertos antinazis no les basta con que los jefes alemanes sean fusilados o ahorcados, añoran formas más crueles y muertes más lentas; no propician la seguridad sino la venganza y el odio; animados de un fervoroso sadismo dan rienda suelta a las pasiones que justamente detestamos en el fascismo. El espíritu fascista renace así, sutilmente, en el alma de sus propios victimarios.

El movimiento que ha degradado a Italia y particularmente a Alemania no ha de pasar sin dejar graves rastros en todos los pueblos. Hay ciertos sentimientos y prejuicios que es muy difícil recoger una vez vertidos; el nazismo ha hecho recrudecer el antisemitismo en los países donde era activo y lo ha hecho surgir en otros donde era casi inexistente; ha divulgado sofismas sobre la inferioridad de ciertas razas; ha provocado una nueva ola de nacionalismo agresivo en todo el mundo; ha destruido la fe en el respeto mutuo, en la dignidad humana, en las virtudes de la tolerancia, de la razón y de la discusión."

Creo que las frases destacadas son de aplicación a muchos que, en zonas de España contaminadas por el nacionalismo, se tienen por antinacionalistas.



1 comentario:

Juan Espino dijo...

Aunque sea un ejemplo a contrario, es lo que llevo años aclarando a aquellos del PSOE que se lamenta de la "apropiación" por parte del PP de Bandera e Himno: Nadie te despoja de aquello a lo que no hayas renunciado previamente.

Salvo que en este caso, pocos han renunciado al euskera, ya que no todos lo hablaban, ni siquiera, cuando lo hacían, era el mismo euskera.

Lo del País Vasco, no es un caso de abandono lingüistico –aunque no dudo de que existan casos de no hablarlo como respuesta a la imposición etnonacionalista, situación totalmente legítima, no lo olvidemos– sino, como en el caso catalán, de una imposición desde cero.