viernes, 28 de enero de 2011

Savater, sobre la heterofobia

Una larga, larguísima -quiero pensar que también fructífera- discusión me ha permitido localizar un texto que conviene leer con detenimiento. Es de Savater y se titula La heterofobia como enfermedad moral.

Destaco un fragmento:
"Más peligrosa que la afirmación etnocéntrica resulta la xenofobia propiamente dicha: consiste en atribuir a los representantes de cualquier grupo humano, como signo distintivo e irremediable, algunos de los defectos o crímenes que se dan con lamentable imparcialidad entre todos los hombres. La xenofobia proviene de racionalizar la antipatía instintiva (socialmente instintiva) que despiertan los miembros de otras comunidades en las personas de fuertes sentimientos gregarios. Los xenófobos siempre se apoyan en brumosas banalidades sobre la “psicología de los pueblos”, el “destino” de las naciones y una larga lista de agravios históricos reales o inventados: entre ellos se reclutan los nacionalistas más cerriles y también los partidarios a ultranza de la santísima “identidad” imperecedera de cada comunidad humana con vocación de eternidad.. Es interesante subrayar por tanto que la xenofobia se alimenta de prejuicios (nacionales, históricos, culturalistas) sostenidos muy en serio por personas que se horrorizarían de ser consideradas xenófobas."
Su final es emocionante, cargado de verdad y humanidad:
"Somos siempre forasteros para nosotros mismos, almas recién llegadas e innovadoras que pueden cambiar de rumbo: como las de los demás. Por eso nuestro lema no ha de ser simplemente “nada de lo humano me resulta ajeno” sino también “nada de lo ajeno puedo dejar de reconocerlo como humano”.
Sea Beethoven:


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